Coordinación de la parentalidad
La figura del Coordinador Parental o Coordinador de Parentalidad (CP) brinda importantes beneficios al sistema judicial de Derecho de Familia. Es un profesional altamente calificado que interviene y orienta a los padres y otros miembros de la familia en situaciones de alta conflictividad y judicialización después de una separación o divorcio. Su objetivo principal es proteger el interés superior de los niños y adolescentes cuando los conflictos constantes entre los adultos responsables generan perjuicios en su desarrollo y aumentan el conflicto entre los adultos.
El Coordinador Parental puede utilizar algunas metodologías y técnicas de mediación, así como otras herramientas de resolución de conflictos y aunque no brinda psicoterapia, desarrolla acciones psicoeducativas y otras técnicas de intervención psicológica para orientar, informar, sensibilizar y fortalecer a los padres y otros familiares en beneficio integral de los niños, niñas y adolescentes. Además, no proporciona asesoramiento legal, pero informa sobre las obligaciones y deberes derivados del plan de parentalidad y/o la decisión judicial.
Desde el punto de vista jurídico, se considera al Coordinador Parental como un perito dinámico que tiene la obligación de confidencialidad, excepto cuando debe informar al tribunal sobre sus acciones y resultados.
Es importante destacar que el Coordinador Parental no reemplaza la función judicial de los jueces de familia, sino que se debe ver como una herramienta psicosocial para aquellas familias con altos niveles de conflicto que no pueden resolver sus disputas a través del sistema judicial.
El tribunal puede ordenar la derivación de los padres a un Coordinador Parental mediante una resolución judicial, en cumplimiento de la legislación interna y los derechos del niño. Esto incluye proteger a los niños frente a la separación de la familia y garantizar que no se impida su contacto con alguno de sus progenitores sin una razón justificada.
En la experiencia comparada, se han observado numerosas ventajas, como centrar a los padres en las necesidades de sus hijos, mejorar la salud psicoemocional de los padres y especialmente de los niños, descongestionar los juzgados de Familia, mejorar la comunicación entre los padres, reducir las denuncias, promover actitudes colaborativas en la coparentalidad, lograr consensos en normas básicas, ahorrar costos para las familias y el sistema judicial.
Estas son solo algunas de las ventajas que se han reportado en la experiencia del Coordinador Parental. Su implementación ha demostrado ser beneficiosa para todas las partes involucradas en los procesos de familia.